Lo primero que llama la atención de Santiago Fernández es su talante de buen comunicador. Sin embargo, esta virtud es sólo la proa de un compendio de valores positivos que jalonan y explican la exitosa y vertiginosa trayectoria profesional de un tipo polifacético como hay pocos. A pesar de su juventud, este madrileño con raíces cordobesas está en la cúpula directiva de una de las mayores multinacionales del mundo. Ha llegado ahí por brillantez, con mucho trabajo y una equilibrada dosis de sagacidad, audacia, prudencia, oportunidad y, sobre todo, conocimientos. Es “dos veces doctor”, se desenvuelve bien en cuatro o cinco idiomas y además ha triunfado en casi todos los retos profesionales a los que se ha enfrentado. En fin, un laureado currículo que, por si fuera poco, Fernández Valbuena defiende desde una actitud campechana cómplice, muy cercana al niño de barrio al que nunca ha renunciado ser.

BOLSA – Junio de 2006

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